Los seres humanos estamos avanzando rápidamente estas últimas décadas, concibiendo tecnología que nunca habiamos imaginado y que se están integrando al día a día de las personas.

Varios expertos han hablado de esto, pero continúa siendo importante analizar los beneficios y su contraparte para saber de que forma nos impactarán como sociedad y cuales serán los cambios más destacables.

La tecnología sin duda nos está llevando a nuevos paradigmas, fuertemente recalcados en el comportamiento de las personas, las cuales cada vez tienen que re-ajustar sus capacidades laborales por la sustitución de las máquinas, las cuales son capaces de producir sin ningún costo.

Desde la industralización, las personas han abandonado los zonas rurales para buscar nuevas oportunidades en las fábricas o grandes ciudades, alejadas de la vida en el campo. Incluso dentro de las misma sociedad agraria algunos desarrollos tecnológicos del momento sustituyeron la mano humana para acelerar las capacidades productivas.

Hoy en día está pasando algo similar con la inteligencia artificial, la sistematización y la automatización, reemplazando por completo la interacción humana en el aspecto productivo y laboral de estas fábricas.

Esto podría significar el fin de la participación humana a gran escala en las áreas productivas de casi todo tipo de industrias, desapareciendo por completo una gran cantidad de trabajo remunerado en pro a generar más beneficios por menos costo a las corporaciones.

A partir de acá parece que todo es negativo en lo que respecta a la productividad humana, cuestionando por completo si un sistema capitalista es la forma correcta en la distribución de recursos si la mayor parte de todas las industrias reemplazarán al ser humano en pro a las máquinas.

Esto generaría una gran centralización del capital por las empresas líderes en los mercados, y una menor capacidad de compra si existen menos empleos que le permitan a los miembros de la sociedad participar en la economía.

Sin embargo, es importante recalcar que la humanidad siempre ha tenido que reformar la manera en que es productiva, y los avances tecnológicos han sido clave para cada paso que damos en este aspecto. Es muy probable que en el futuro más cercano, las personas tengamos que re-educarnos en las áreas que serán más importantes para nuestro emprendimiento y nuestra productividad.

Trabajos técnicos como la programación, o segmentos más creativos como las artes y la comunicación serán el punto clave en la productividad humana en los próximos años. Esto sonará complicado, pero se alcanzaría con reformas en la estructura educativa que incentiven el aprendizaje de estas nuevas áreas emergentes.

Además, el hecho de que la tecnología esté más integrada en nuestras vidas, resultará en una juventud que esté muchísimo más familiarizado con ella, y que pueda incluso emprender y educarse a través del internet.

En cuanto al capitalismo como sistema económico, siempre será un elemento clave para la existencia del ser humano, ya que el capital no es más que una forma de lenguaje donde dos o más individuos intercambian recursos por negociación, donde la percepción de valor subjetivo de estas dos partes justifique el intercambio.

En base a lo dicho anteriormente, es muy probable que en las áreas industriales tengan que reformar sus precios, ya que serán capaces de producir más por muchísimo menos recursos invertidos. De alguna forma estos cambios tecnológicos impactarán al sector económico, y probablemente lo hagan de una manera positiva, ya que en teoría bajarían los precios.

Incluso, si la producción de estas máquinas que llevan a la automatización se hace más accesible, no solo serán las grandes corporaciones que verán beneficios, pero también los pequeños y medianos empresarios que podrán emprender nuevos proyectos por un costo muchísimo más módico.

También es importante recalcar que dichas corporaciones y empresas necesitan de una sociedad de consumo para poder subsistir, y el hecho de desaparecer toda capacidad de empleo y productividad podría resultar en el fin de estas empresas igualmente.

Sin embargo, siglos en el futuro, donde la inteligencia artificial alcance un punto donde pueda sustituir al ser humano en áreas creativas podría ser el paradigma de cambio más dificil de superar. Esto cuestionaría si la humanidad debe seguir sumida en un sistema basado en el capitalismo, ya que la productividad humana será totalmente reemplazada por los máquinas.

El beneficio de esto es que el ser humano podrá cubrir sus necesidades básicas de manera más accesible, y que tendrá mucho más tiempo en libertad para disfrutar la vida y desarrollar sus capacides creativas e intelectuales para continuar avanzando en un mejor futuro. En aquellos tiempos es probable que los objetivos del ser humano estén mucho más basados en la expansión, donde la busqueda de recursos a mano de los avances tecnológicos sea lo más importante de todo.

Realmente no hay intención de cubrir temas que suenen demasiado a ciencia ficción, pero hay que tomar en cuenta esto que podría reflejarse en la realidad entre más avanzamos como sociedad, ya que mucho de lo que pensamos que era "ficción", se podría convertir en una realidad.

De momento, en las próximas décadas o siglos, el humano debe seguir co-existiendo en un sistema capitalista, el cual administra los recursos de forma mucho más justa y descentralizada, valorando las capacidades productivas del ser humano en un mundo donde solo nosotros podemos producir por nuesta especie y su existencia.

Finalmente, para concluir y responder realmente la pregunta que nos ha perseguido en todo este tema: la tecnología es más beneficiosa que perjudicable, y si bien puede utilizarse para mal por algunos estados o figuras de poder, a largo plazo es necesario co-existir con ella para evolucionar como especie. Además, es realmente cuestionable si el ser humano sea capaz de prevenir por si mismo su propio desarrollo.

Tenemos que abrazar la tecnología y evolucionar junta a ella como lo hemos hecho desde el principio de los tiempos, aprender de todos los cambios que vendrán a raíz de ello y adaptarnos, aceptando las nuevas condiciones en la que viviremos como sociedad cada vez que demos un paso al futuro.

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